Yehudah Abraham Dumetz
A menudo muchas personas que dicen ser judías, por razones de desconocimiento no aceptan como norma de vida la TORAH ORAL, considerándola como un craso invento rabínico. Este tipo de personas o grupos fundamentan se errado razonamiento en la pretensión de que solo lo escrito es la norma o sendero que se debe seguir.
Debemos aclarar que la Toráh está organizada en dos partes que son: la Toráh escrita “Toráh Shebihtav” y, la Toráh oral “Toráh She beal pe”. Las necesidades practicas han hecho o sugerido la necesidad de que la Ley fuera puesta por escrito conteniendo en su forma un corpus de normas plasmadas con firme aplicabilidad en todas las esferas de la vida de cada judío. Por otro lado la Toráh oral expresa la riqueza inconmensurable de la Toráh escrita y, hallándose ordenada en dos partes (Escrita y Oral) distintas en apariencia pero iguales en esencia, formando una estructura monolita, unitaria que se complementa mutuamente y que al ser interpretada forman un organismo holístico.
No obstante, podemos ver que la Toráh escrita alberga un cúmulo de principios jurídicos que la Toráh oral comenta e interpreta adecuadamente.
En el libro de Shemot 34:27 leemos: “Y dijo HaShem a Moshé escribe para ti estas cosas pues de acuerdo a estas cosas establecí mi pacto contigo y con Israel” aquí la expresión “de acuerdo” (ki a´l pi) yp l[ yK sería “a través de mi boca” y es aquí precisamente en donde empezamos a observar el dinamismo escrituristico de la TORAH ORAL.
La interpretación que hace la Toráh oral viene a iluminarnos y a resolver los pormenores de la vida, aunque la solución se halle incluida en la Toráh escrita. La importancia de la Toráh oral es necesaria para la adecuada y verdadera interpretación teórica de la Toráh escrita; ella viene a ser el objeto conciliatorio de las antinomias que a menudo se presentan en la Toráh escrita, ayudando e iluminando en la comprensión del texto, razón por la cual, sin la Toráh oral es imposible explicar o dar aplicabilidad a muchas prescripciones de carácter sencillo pero incompletos a las obligaciones religiosas cotidianas tales como el caso en el hombre judío de portar Tzitzi; Tefilim; o los Arba´a minim las cuatro especies que en Sucot utilizamos y sobre las que pronunciamos bendiciones. De tal suerte que la Toráh escrita no es comprensible sin la Toráh oral y, esta última no se concibe sin la primera. Una exige la existencia de la otra.
Un pensador jasídico expresó que la Toráh escrita es una caja llena de velas o bujías que la Toráh oral viene a encender con su propio fuego; las bujías y la llama se unen formando una sola TORÁH. Cuando el pueblo hebreo recibió la Toráh escrita, recibió también la Toráh oral, sus secretos. Los MIDOT o medidas que no son otra cosa que las reglas lógicas para la interpretación de la Toráh escrita y fueron fijadas por los maestros. Rabbí Hillel formuló siete; Rabbí Yishmael formuló trece; y Rabbí Eliecer ben Yossi Ha Glili formuló treinta y dos. Pero, no fueron descubiertos por ellos específicamente sino que los conocían y manejaban porque los habían aprendido de sus maestros, quienes a su vez la recibieron de sus predecesores compilando un cúmulo de reglas lógicas que se inscriben en la tradición.
En el Pirkéi Avot 1:1 dice:
משֶׁה קִבֵּל תּוֹרָה מִסִּינַי וּמְסָרָהּ לִיהוֹשֻׁעַ, וִיהוֹשֻׁעַ לִזְקֵנִים, וּזְקֵנִים לִנְבִיאִים, וּנְבִיאִים מְסָרוּהָ לְאַנְשֵׁי כְנֶסֶת הַגְּדוֹלָה. הֵם אָמְרוּ שְׁלשָׁה דְבָרִים, הֱווּ מְתוּנִים בַּדִּין, וְהַעֲמִידוּ תַלְמִידִים הַרְבֵּה, וַעֲשׂוּ סְיָג לַתּוֹרָה
“Moshé recibió la Toráh en el Sinaí y la transmitió a Yehoshúa, éste a los Ancianos, los Ancianos a los Profetas y, éstos, la legaron a los hombres de la Kenéset haguedolá. Ellos afirmaron tres principios: sed circunspectos al admitir juicio, formad numerosos discípulos y haced un cerco en torno de la Toráh.” El Tanaíta Rabbí Yehudá Hanasí comenzó esta Mishná diciendo “Moshé recibió la Toráh de Sinaí” para hacernos saber que las reglas de conducta que aparecen en este tratado no son fruto de la imaginación prolífica de nuestros sabios, sino que también estas emanan de Sinaí. Por lo tanto, todas las Mitzvot sin excepción alguna que fueron dadas a Moshé Rabenu en Har Sinaí fueron dadas con su respectiva interpretación; pues está escrito en Shemot 24:12 “Y te daré las tablas de piedra y la Toráh y la Mitzvá” Aquí el término Toráh se refiere a la Toráh escrita y, el término Mitzvá se refiere significativamente a la interpretación.
La Toráh oral es el alma de la Toráh escrita, sin ella la Toráh escrita quedaría como un cuerpo inerte, tal es el caso al leer los siguientes textos en la Toráh: Shemot 20:10; Devarim 12:21-22; 24:1 con solo leerlo no captamos el espíritu interpretativo de la Ley, pero, si ahora comparamos estos textos de la Toráh escrita con algunas interpretaciones que el profeta Yirmiahu hace en Yirmiahu 17: 21-22, que Nehemías 10:30-32 nos damos cuenta como la Toráh escrita va adquiriendo corpus valorativo cuando es comentada o interpretada y no con esto queremos decir que la Toráh oral le reste importancia a la escrita, todo lo contrario, la realza, le da valor, la completa y esta se ve realizada en ella.
El Talmud dice: “Aquel que pretende no reconocer más que la Toráh escrita, ni siquiera la conoce” (T.B Yevamot 109; b). Aquí la referencia textual de “reconocerla” es utilizar la Toráh oral con su aplicabilidad.
La razón por la cual hemos venido sosteniendo la importancia de la Toráh oral es porque así nos lo revela la Toráh escrita y evitar caer en la suerte de aquellos que han despreciado la Toráh oral quedándose en el conformismo literal. Estos han corrido la mala suerte de desaparecer; otros están diezmados y empobrecidos espiritualmente.
Tal es el caso de los samaritanos, saduceos y los caraítas. En el judaísmo rabínico y en el pueblo de Israel la Toráh escrita subsiste gracias a la praxis que solo la Toráh oral permite. Gracias a esto la Toráh es una TORÁH HAYIM, una Toráh de Viva, una Toráh de Vida.